Este artículo fue publicado en el número de julio de 2021 de la revista Tiempo de Cerezas
El Buen Vivir es un concepto procedente de los pueblos indígenas de Sudamérica: la posibilidad de vivir de una manera armónica con la naturaleza, entre las personas, y llevando una vida en comunidad. En esta nueva economía y en la reconceptualización de la idea del trabajo que plantea, se reivindica la necesidad de cuidarse y cuidar la naturaleza.
A través del Buen Vivir buscamos municipios cuidadores y resilientes, con altos estándares de calidad de vida y bienestar personal y comunitario, alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Nuestras ciudades deben ser agentes de un cambio que nos permita trabajar para vivir y no vivir para trabajar. Debemos diseñar urbes que tengan en cuenta la necesidad de espacios para el encuentro y la socialización definidos por la naturaleza; fomentar una movilidad activa con un transporte público de calidad que permita relegar al vehículo privado a un uso residual; apoyar el comercio local, favorecer la producción alimentaria ecológica y de proximidad, concienciar de la necesidad del reparto del trabajo con unos salarios que así lo permitan y ser ejemplo de autoconsumo eléctrico y rehabilitación energética de edificios.
En estos momentos de crisis climática, de la que es un claro ejemplo la Covid-19, debemos cambiar de modelo: es necesaria una transición verde; no podemos seguir proponiendo un crecimiento económico a toda costa. Y esta transición económica y social debe apoyarse en el trabajo por un Buen Vivir.
Rufino Fernández es concejal de VERDES-EQUO en Gijón