La construcción de un sueño pasa por el conocimiento del sueño, y esto implica: definirlo, situarlo, analizar su presencia, creer y visualizar que se puede conseguir y hacerlo posible. Este es el proceso de la utopía: hacer posible la realidad de lo soñado e idealizado.
Históricamente algunas personas, colectivos, culturas, países/estados y continentes han sido excluidos de espacios públicos y/o privados, tanto en el nivel local como en el internacional. Así se materializa la idea de que su situación es indigna y no merecedora de derechos individuales y colectivos (sociales, laborales, civiles, educativos, sanitarios, …).
Ante esta exclusión histórica, la mayoría de las sociedades hemos entendido que debíamos establecer mecanismos de reparación del daño creado por esas situaciones de injusticia vividas y sentidas.
La restauración del daño
Si una sociedad quiere ser justa y democrática, el comportamiento ético debe tender hacia la restauración del daño de forma empática. Si yo no entiendo ni sé qué han sentido y vivido personas, colectivos,…, porque no lo he escuchado ni visto ni leído, no podré empatizar. Y para empatizar necesito ponerme en su piel, escuchar su dolor, percibir sus heridas.
EQUO quiere escuchar, sentir y compartir esas experiencias, así como reparar y compensar con equidad cada historia y caminar hacia la igualdad.
Legislativamente, se están llevando a cabo medidas de discriminación positiva o acción afirmativa, es decir medidas equitativas que establecen políticas preferenciales para estas personas, grupos, etc., con el objetivo de mejorar y compensar la discriminación de la que fueron víctimas en el pasado.
EQUO quiere seguir profundizando en el Art. 1 de nuestra Constitución que define al Estado español como un Estado social y democrático de Derecho. Por tanto, opta porque el poder resida en la ciudadanía, porque sus derechos estén garantizados en la legislación y porque las personas y colectivos con mayores dificultades puedan mantener un nivel de vida digno para que puedan participar, de forma equitativa e igualitaria, en nuestra sociedad.
La Equidad
Socialmente, hay personas que por ideología están de acuerdo con medidas equitativas que favorecen la igualdad, como quienes conformamos EQUO; otras que sí lo están pero, cuando esta situación implica una pérdida de algún derecho o disfrute personal, no están dispuestas a renunciar a su estatus socioeconómico, en base a una redistribución de bienes y servicios; y otras que ya ni se plantean la redistribución, sino que lo que desean es la concentración del capital (bienes, recursos, servicios y prestaciones) en manos de unas pocas personas y familias.
De esta manera, favoreciendo la equidad para viabilizar la igualdad, sería conveniente pensar en: la creación de una renta básica; la redistribución del tiempo de trabajo y del salario; el acceso universal, pública y gratuita, a la educación desde el primer ciclo de la educación infantil de 0 a 3 años hasta la formación para el empleo y desde la formación académica reglada hasta la educación superior; la igualdad desde una perspectiva de género en todos los ámbitos; la existencia de impuestos progresivos con respecto a los ingresos “quien más tiene más comparte”; la atención sociosanitaria, especialmente, de colectivos con enfermedades crónicas (hepatitis C, VIH,..) o con necesidades específicas (fecundación artificial, reasignación de sexo,..); la atención a personas en situación de dependencia; la conciliación familiar, profesional y personal partiendo de la corresponsabilidad; y muchos etcétera.
Esperando, con la adopción de medidas equitativas, que podamos llegar a la igualdad real, sin discriminación de ningún tipo; y, en caso de que la hubiera, con el establecimiento de medidas equitativas de discriminación positiva como instrumento favorecedor del camino hacia la igualdad.
Medidas para la Igualdad
También quiero recordar algo que ya hemos vivido en el ámbito internacional. Se está hablando de renegociar la deuda española e incluso de no pagarla. Para este tema, también tenemos un referente histórico intercontinental equitativo que fue la condonación de la deuda externa (total o parcial) contraída por algunos países empobrecidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) o con el Banco (BMI) o con otros países, como España. Cualquier programa político equitativo que pretenda la igualdad deberá tener presente que los programas de condonación de deuda (o quitas como se denomina actualmente) deberán ser acompañados por políticas ecosostenibles, de buen gobierno y desde una perspectiva de género. En consecuencia, la gobernanza – basándose en principios de participación, legalidad, transparencia, responsabilidad, consenso, equidad, eficacia, eficiencia y sensibilidad – asegurará que la corrupción sea mínima y que la toma de decisiones tenga en cuenta a las minorías desfavorecidas. No podemos olvidar que el peso de la crisis está recayendo fundamentalmente en las mujeres, y que la feminización de la pobreza expresa una brecha de género cada vez más profunda.
El Género
Quiero terminar este espacio compartido, reflexionando sobre la urgente necesidad de optar por la igualdad desde la perspectiva de género. Pero para eso debemos entender que, el género es una construcción sociocultural que nos hemos dado en nuestra sociedad, que nos indica y ayuda a entender quién es y cómo se debe construir y comportar una persona, dependiendo del sexo que se le asigna al nacer. Esto está tan integrado en nuestra forma de entender el mundo y las relaciones que casi ni lo percibimos, no somos en la mayoría de las veces conscientes de lo que nos condiciona diariamente. Una visión tradicional de género esclaviza al hombre y a la mujer a reproducir unos estereotipos, unos roles que pueden destruirnos como personas. El primer paso para romper con esta visión de género es ser consciente: ¿cómo es mi día a día? ¿cómo me relaciono con los hombres y las mujeres? ¿qué sentimientos vivo y en qué nivel de consciencia estoy? ¿cómo me expreso y comunico … con quién y de qué manera? ¿qué lenguaje utilizo y qué significado profundo tiene? ¿cómo vivo lo diferente, la diversidad? ¿Cómo me corresponsabilizo de mis obligaciones y tareas domésticas y familiares? Muchas preguntas que me pueden ayudar a ser consciente de mi esclavitud o de mi libertad personal, desde una perspectiva igualitaria. El siguiente paso a la consciencia es qué opción quiero tomar y qué medios tengo que poner para conseguirlo porque pueden desearlo intelectualmente pero no ser coherente en mi práctica cotidiana.
El patriarcado
Pasar de una visión tradicional y patriarcal de género a una forma diferente de entender, como la que se nos ofrece desde las nuevas masculinidades y feminidades, nos sitúa en una visión igualitaria dónde no somos esclavos sino libres para ser personas y libres para relacionarnos con otras personas sin tener en cuenta el cómo nos debemos comportarnos, sin depender del sexo y roles que se nos han asignado.
Pero ¿qué quiere decir sexo asignado? Cuando nacemos nos clasifican en base a dos sexos: varón o hembra, atendiendo básicamente a atributos genitales. Pero ¿qué ocurre cuando esta clasificación no es exacta y nace una persona intersexo?, ¿qué sucede cuando nuestras células, ADN, no se corresponden con nuestra genitalidad? ¿qué pasa cuando nuestra genitalidad no coincide con la identidad sexual? Y ¿qué acontece cuando no quieres clasificarte en un sexo en concreto? La vida nos va diciendo que entre el blanco y el negro hay una diversidad enriquecedora de grises. Pero para verlos, hay que darse cuenta de que existen y, sobre todo, querer verlos desde el respeto y con dignidad que requiere cada persona.
Participación
Finalmente, quiero terminar diciendo que no puede haber igualdad sin que las mujeres participemos en la política, en todos y cada uno de sus espacios. Por ello, intentar crear un proyecto político sin la participación del 50% de la población va destinado al fracaso. Y esa participación, física o virtual, debe ser respetada, potenciada y valorada. Debemos ser conscientes y favorecer activamente la implicación y puesta en escena de las mujeres con espacios y
tiempos para su integración en los debates, con formación para sentirse empoderadas y constructoras de una nueva y posible realidad igualitaria.
Desde EQUO optamos por una visión equitativa e igualitaria. Por eso, nuestra historia como partido político habla de paridad desde su fundación en sus Estatutos y en su trayectoria (coportavocías, órganos de organización, listas cremallera,…). Así lo queremos vivir y transmitir porque tenemos una misión con una visión de futuro integradora e igualitaria que opta por confluir desde la diversidad.
Marian Fradejas López dice
FANTASTICO artículo Nuria!!