No queremos que el Paraíso natural sea una marca. Queremos que sea una realidad.
La lucha contra el cambio climático tiene que ser una prioridad política.
Impulsaremos una política energética eficiente y sostenible que se olvide del carbón. Trabajaremos por una transición energética rápida y que no se olvide ni de las personas ni de las comarcas.
Daremos prioridad a la reducción de residuos mediante el fomento de productos sostenibles de larga duración, el reciclaje y el uso de productos no tóxicos y biodegradables.
Pondremos en marcha un plan de Mejora de la Calidad del Aire que permita disminuir la tasa de enfermedades cardiovasculares y respiratorias y las muertes por causa difusa, fruto muchas de ellas por la mala calidad del aire que respiramos.
La movilidad es fundamental para prevenir la contaminación, para estructurar el territorio y para la integración social. Es necesario crear planes de movilidad sostenible y cumplirlos. No queremos grandes obras, sino servicios eficientes.
Trabajaremos contra el maltrato animal y a favor de los derechos de los animales.
Desarrollaremos una política del agua que incremente la eficacia de su utilización, que priorice la conservación de ríos, humedales y acuíferos y que promueva la mejora de las redes de distribución.
Trabajaremos sin descanso en defensa de la biodiversidad. Debe ser la actividad humana la que se adapte a la conservación de los espacios naturales, no al revés.
En los espacios protegidos la prioridad es la conservación que los ecosistemas.
Protección del hábitat de las especies amenazadas.
La acción política sostenida para conseguir estos objetivos es la única manera posible de solucionar la crisis que vivimos, que no es sólo económica sino también social, democrática y ambiental.
El Planeta no corre peligro. La humanidad sí.