A pesar de que han transcurrido dos años de mandato del Ayuntamiento, Avilés carece de las políticas ambientales adecuadas frente a la emergencia climática
Seguimos esperando por el Plan de Movilidad de Avilés, pendiente ahora del estudio ambiental
Hace dos años que se formaron los gobiernos municipales para el actual mandato. Evidentemente la COVID-19 ha marcado mucho toda la actividad en este tiempo y desgraciadamente seguirá notándose durante un tiempo aún. Pero eso no es excusa para dejar de señalar que en el Ayuntamiento se nota la misma lentitud de siempre y el escaso desempeño del equipo de gobierno. Dos años de mandato, pero casi todo sigue igual. Nos preguntamos dónde están el gobierno… y la oposición.
Y no podemos olvidar que aparte de la alarma por pandemia, también seguimos en situación de emergencia climática y que las políticas municipales son fundamentales para abordar cambios imprescindibles.
El plan de movilidad se iba a presentar al Pleno en su reunión de abril, pero se dieron cuenta de que hacía falta el trámite ambiental, que aún no ha sido siquiera publicado para información pública. Cuando llegue, será papel mojado porque la mayoría de las medidas planteadas estarán hechas o programadas antes siquiera de tener la aprobación inicial en el pleno. Eso sí, las facilidades para la movilidad ciclista siguen brillando por su ausencia y los problemas con el transporte público no mejoran.
La gestión de residuos sigue estancada; seguimos sin pasar del 20% de recogida separada para reciclaje. Tan solo se ha aumentado el número de contenedores de recogida de materia orgánica pero sin campaña de sensibilización y con resultados que no pasan de lo anecdótico. Por no hablar del fracaso total de la campaña de recogida de vidrio en la hostelería.
Seguimos sin ver planes de implantación de paneles solares en los edificios públicos ni promoción para que se instalen en naves industriales. Esto no solo da empleo, sino que supone importante ahorro para las arcas públicas.
En cuanto a biodiversidad, hemos visto desaparecer numerosos árboles de buen porte mientras se hacía el ridículo plan de fomento de bosques con plantación de 50 árboles, la mayor parte alóctonos. Además, nuevamente el uso inadecuado de productos fitosanitarios. Y los planes de educación ambiental totalmente ausentes de la agenda municipal.
El protocolo de recogida de animales abandonados o perdidos sigue sin existir, mientras se sigue dando vueltas a la ubicación de la «perrera» tras casi 20 años; pasan los años y siguen mareando la perdiz «en busca de la finca perdida». Además, la ordenanza de tenencia responsable de animales paralizada desde que en julio de 2020 presentamos nuestras propuestas. Ha pasado un año sin que se sepa nada nuevo al respecto.
Hemos visto una gestión más que cuestionable de la problemática del mercado semanal y de las ayudas a la hostelería, sin una concepción clara de que hay que ayudar a la economía local.
Otro programa municipal es el de control de la población de gaviotas. No tenemos interés alguno en que se maten gaviotas, pero denunciamos que se tira el dinero. Las actuaciones de prevención deberían empezar en abril, pero a mediados de junio aún no se ha firmado el contrato. Un año más que no sirve para nada.
Todo ello depende directamente de la gestión municipal y haciéndolo bien se generaría empleo y bienestar. Pero parece que vende más parecer que se hace algo en temas que no son de su competencia.