¿Qué es eso del comercio justo?
Si vamos a wikipedia nos encontramos esta explicación:
El comercio justo es una forma alternativa de comercio promovida por varias organizaciones no gubernamentales, por las O.N.U. y por movimientos sociales y políticos (como el pacifismo y el ecologismo) que promueven una relación comercial voluntaria y justa entre productores y consumidores. Los principios que defiende el comercio justo son:
- Los productores forman parte de cooperativas u organizaciones voluntarias y funcionan democráticamente.
- Libre iniciativa y trabajo en rechazo a los subsidios y ayudas asistenciales (de allí la frase del comercio justo: «Comercio, no ayuda»).
- Rechazo a la explotación infantil.
- Igualdad entre hombres y mujeres.
- Se trabaja con dignidad respetando los derechos humanos.
- El precio que se paga a los productores permite condiciones de vida dignas.
- Cuidar el medio ambiente.
- Se busca la manera de evitar intermediarios entre productores y consumidores.
- Se informa a los consumidores acerca del origen del producto.
- El proceso debe ser voluntario, tanto la relación entre productores, distribuidores y consumidores.
Quien no sepa que se trata de una definición de Wikipedia podría pensar que está leyendo una parte del programa de EQUO, un partido ecologista y que pone a las personas en el centro de todas nuestras propuestas. El respeto a las partes que intervienen en cualquier intercambio de bienes y servicios nos parece algo esencial.
Desgraciadamente, en la sociedad en que vivimos falta mucho espíritu crítico y mucho conocimiento de las consecuencias de todos los actos que llevamos a cabo. Hay cosas tan chocantes como las siguientes (sólo dos a modo de ejemplo):
- Colaboramos con una ONG que se preocupa de las tribus amazónicas. Sin embargo compramos productos que provienen de esa parte del mundo y que si es posible tenerlos a buen precio es mediante el incumplimiento de los derechos humanos por parte de las grandes multinacionales.
- Nos da pena, y hasta pavor, ver imágenes de la gente trabajando hacinada en talleres de India o Bangladesh, pero compramos en tiendas como Zara o balones que fabrica esa gente en condiciones tan penosas.
Mientras tanto, grandes multinacionales hacen grandes fortunas vendiéndonos productos que se fabrican en condiciones de semiesclavitud y que además provocan falta de empleo en Europa.
Tenemos unos estándares de salud en el trabajo, horarios, retribuciones, vacaciones, etc., pero no somos capaces de exigirlo para los demás. Parece que todos esos países nos quedan demasiado lejos, sin darnos cuenta de que se nos vuelve en contra por varias razones:
- Si todo viene de fuera, aquí no hay trabajo.
- Si las empresas producen muy barato fuera, a a ir empeorando las condiciones en nuestros países más desarrollados.
- Que si empeora la calidad de los productos, nos vemos abocados al consumismo atroz que conlleva una mayor explotación del medio ambiente en los países de origen.
¿Cuál es la alternativa?
Pues aplicar los principios del comercio justo.Esto conlleva que las personas, todas las personas, debemos ser conscientes de esta realidad y actuar de forma consecuente. Debemos exigir que los productos que podemos comprar no provengan de la explotación de otras personas, sean de donde sean, ni de actividades que supongan degradación medioambiental.
Cooperación al desarrollo
Esto tiene mucha relación con las ayudas de cooperación al desarrollo. Si los países más avanzados aplicaran de verdad el 0,7% de ayuda a países empobrecidos y además no compraran productos que no cumplan los estándares adecuados para salvaguardar los derechos humanos, seguramente esos países no estarían tan empobrecidos ni se agranadarían tanto las diferencias entre ricos y pobres en todo el mundo. Este debería ser uno de los objetivos para poder conseguir un mundo más justo.
Lo que de ninguna manera podemos seguir permitiendo es que en España se dedique tan solo el 0,17% a cooperación del desarrollo, y que además el resto del presupuesto suponga la facilitación de actividades que van en sentido totalmente opuesto.
¿Puede hacer algo la ciudadanía «de a pie»?
Sí, por supuesto que sí. Debemos exigir calidad en los productos. Debemos preocuparnos por el origen de los mismos, debemos dejar de ser meros consumidores de «lo que sea» y pasar a ser consumidores conscientes. Debemos empezar a cambiar el chip de un mundo competitivo hacia un mundo colaborativo, en el que las cosas se hacen porque hace falta hacerlas, no buscando un negocio ni un beneficio inmediato.
Todo esto implica empezar a funcionar a base de empresas de economía social, preocupadas por las necesidades de las personas y no por los grandes beneficios. Trabajar en cooperativas y no como autónomos individualistas. Comprar en «la empresita» de al lado de casa en vez de buscar la rebaja de precios en grandes supermercados.
En todo esto y mucho más se basa la ideología de un partido verde como EQUO. Y no es utopía porque en otros lugares se está haciendo y la gente vive feliz.
Compromisos de EQUO Asturias
Siento esto así, es neceario hacer constar que nuestros estatutos recogen que donaremos el 3% de los ingresos por cuotas a la cooperación al desarrollo.
La cantidad correspondiente a 2014 la emplearemos hoy a hacer compras en establecimientos de comercio justo. Productos que luego serán donados a ONG.
Por otro lado, EQUO Asturias se compromete públicamente a defender todas las propuestas recogidas en el documento presentado por la Coordinadora de ONGD de Asturias, que puedes ver en este enlace.