Mostramos nuestra repulsa total a la reconversión de la central térmica de La Pereda (Mieres) para quemar biomasa y residuos
Mantenemos que el Plan de Residuos de Asturias mantiene un enfoque equivocado; no se puede incentivar ni facilitar la quema de residuos sino que se debe aprovechar la oportunidad de la economía circular para la creación de empleo verde.
En una región que no llega al 20% de recogida separada de residuos urbanos, es muy urgente implementar las fórmulas de éxito de otras regiones para adaptarnos a las exigencias de la correcta gestión de residuos y a la estrategia de economía circular. Seguir la estela de la quema de residuos es una irresponsabilidad.
Se están incumpliendo las normativas de recogida separada de residuos orgánicos, de recogida de envases y también de residuos eléctricos y electrónicos. Esos campos deben desarrollarse, siendo una importante fuente de empleo que deben ser costeados por empresas que en estos momentos se están lucrando a costa de la ciudadanía, mientras las administraciones permiten que incumplan la ley.
Además, en una comarca con problemas de salud, muy envejecida y con una fuerte desindustrialización es necesario plantear fórmulas nuevas, abiertas a otro tipo de uso del territorio, a otro tipo de actividades no tan dañinas para la salud de la población y más acordes a las necesidades de creación de empleo verde y con mayor interés social.
La quema de biomasa y de residuos en grandes plantas no es más que ahondar en la metedura de pata y seguir sumando afecciones a la salud. Tampoco es una opción sostenible como intentan argumentar; no hay estudios serios ni cuantificación clara de lo que pretenden quemar, ni una planificación y calendarización concreta que avale esa sostenibilidad de la que tanto hablan, ni se concreta de dónde van a obtener los recursos en concreto. No son más que grandes palabras sin definición ni concreción alguna.
La Administración no debe colaborar en el «greenwashing» o «lavado verde»; no debe quedarse en medidas de mera cosmética sino que debe ajustarse al cumplimiento honesto de los pactos internacionales y la normativa europea.
Mantener la térmica de La Pereda tampoco supone salvar HUNOSA; solo permite mantener unos sueldos concretos pero no genera actividad y empleo en el concejo, sino más bien lo contrario.